Cuando el poeta dice No importan las palabras, importa la decisión de los actos. hay un resumen de su actitud, la cual en otro momento ha descrito como nada de pretensiones literarias. En cierto sentido, se trata de persisitir en una búsqueda de lo fundamental. Pero la búsqueda se hace con palabras y es en sí misma una pretensión, un afán literario. Lo decisivo es que ese afán está, justamente, en la determinación, digamos en la fuerza que se imprime más allá de las palabras, haciendo de ellas una acción. No es que las palabras sean actos, sino que entre todas suman esa acción. El poeta está entero en el modo en que cada poema es una acción y en el que el poemario es acción de acciones. Cada poema es, de tal manera, un camino acometido con nítida lucidez, y las sentencias que lo componen son, exactamente, pisadas fundamentales que nadie sino él puede caminar. Al camino lo define un estribillo que podría considerarse concepto, digamos en tanto